Una neoplasia es una masa tumoral conformada por células que están en proliferación, puede ser benigna o maligna a esta última forma se le llama cáncer, se caracteriza por tener un crecimiento celular anómalo continúo, así como escapar de los mecanismos de control del organismo, tener la capacidad de invadir el mismo u otros tejidos y ocasionar metástasis; existen cerca de 200 tipos y 4 de cada 10 personas presentarán algún tipo en un momento de su vida, por lo que es difícil buscar un tratamiento para cada caso en particular. Debido a que el cáncer se encuentra entre una de las causas de mayor mortalidad a nivel mundial y en México el estudio del tratamiento desde el punto de vista farmacológico es esencial para disminuir su frecuencia.
Los fármacos antineoplásicos actúan sobre una o varias fases del ciclo celular o en los mecanismos de control de la proliferación celular la mayor parte dados por el sistema inmunológico. Conforme va avanzando el cáncer presenta mayor cantidad de alteraciones genéticas lo que ocasiona un aumento en la heterogeneidad celular y con esto propiedades bioquímicas, tiempo de replicación y respuesta al tratamiento diferentes lo cual está ligado a la generación de resistencia a este; es por eso que el cáncer debe ser tratado con la mayor dosis tolerable con el fin de causar la muerte de la mayor cantidad de células que se pueda, generalmente se utilizan dos fármacos diferentes cada uno con su diana terapéutica respectiva y sin toxicidad cruzada aumentando la eficacia sobre el tumor y disminuyendo la aparición de resistencia.
Los fármacos antineoplásicos se pueden dividir en: